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La ciudad de Valencia es la capital de la Comunidad Valenciana, y la tercera ciudad española con mas de 800.000 habitantes. Una ciudad que se considera todavía está a escala humana, sin grandes distancias. Su clima mediterraneo le ha dado gran parte de su éxito, unos inviernos templados, casi ajenos a las lluvias, y unos veranos atemperados por la brisa de levante, el viento que llega del mar. Es por lo que una de las actividades más simples y placenteras es pasear junto al mar, o por su largo paseo, o descalzo por la orilla. Desplazarse por ella es fácil, el metro es una apuesta segura, el autobús es el comodín en cuanto a opciones, y la bicicleta la alternativa. Esta última es la apuesta de futuro en una ciudad llana, en la que empieza a aflorar su alquiler, y que dispone en parte de carril bici (mejorable), y una gran autovía verde, el antiguo cauce seco del río Turia, que a lo largo de los años ha sido reconvertido en el mayor parque de la ciudad. Este eje la recorre de Oeste a Este, desde el Bioparc (el moderno parque zoológico) hasta la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y en un futuro hasta el puerto de la Copa América. Y como no segmentado con toda una galería de puentes, desde puentes históricos, a verdes, a elegantes, incluso a faraónicos. Culturalmente ofrece también una diversa variedad de visitas ya que su evolución histórica ha dejado huellas en casi todos los periodos, desde sus inicios en la época romana, medieval, renacentista, barroca, modernista y "futurista", con distintas rutas ya predefinidas disponibles en las distintas webs turísticas sobre Valencia. También sucede con la música, desde el Palau de la Música al Palau de les Arts, pero también música actual en directo, o la de la propia "marcha" nocturna. Una buena opción, callejear por el gran casco histórico. Un paseo por la zona del Mercado Central por la mañana, en plena actividad, o en una terraza de la plaza de la Virgen contemplando el atardecer sobre la catedral. O si parece clásico, el atardecer paseando la zona de la Ciudad de las Ciencias, donde tanta acumulación arquitectónica requiere un pausado paseo para saborear todos los ángulos y detalles. A mediodía, para comer multiples opciones, pero para comer lo clásico, dificil elección. La noche es ideal para las copas.