Su construcción data del siglo XV.
En principio fue un cuadrilátero cerrado por cuatro columnas de arenisca, algunas de ellas octogonales y con capiteles adornados con bolas.
Se cubre con un aljarfe a cuatro caras que, junto con la imagen del Crucificado, es lo más interesante. Fue una imagen muy venerada y con una gran cofradía, y su fiesta se celebraba el día 30 de mayo.