Alberga en la actualidad el Parador Nacional de Turismo y lo fundó Jerónimo de Ávila en el siglo XVII siguiendo las voluntades finales de su mujer. Los franciscanos lo habitaron a partir de 1612 y del conjunto primitivo y hábilmente reconstruido sólo queda la iglesia, de cruz latina (actual ermita de San Francisco), el claustro conocido como "Patio del laurel" (en el que algunos han creído ver en alguna ocasión fantasmas de monjes), y algunas dependencias.